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miércoles, 13 de julio de 2011

Mira cariño la foto de hoy es tuya de Loli de su hijo y mia

Mira cariño la foto de hoy es tuya de mi amiga Loli de su hijo y mía su hijo se quito la vida por desicion propia ahora esta contigo en el cielo su madre es muy amiga mía yo le echo muchas fotos de su hijo y ella esta muy agrade sida gordi te quiero y siempre vives en mi no dejes de volar

2 comentarios:

pino dijo...

Buenas noche mis niños papa mama los quiero
otro dia menos para estar juntos
el dia de hoy
por la mañana fui con Maria a caminar al parque de las rehoyas luego fuimos a la farmancia y para casa
papa fue para casa de mi madre le di el desayuno a tu sobrina y la pastilla de la alejia
recoji la casa y hice la comida
vino papa y fuimos a comprar las carne y el pescado y al cementerio eche agua a tu flores y encendi la vela
hoy estube con dos compañera de tu hermana hablando y le encargue las flores para el jueves
luego nos vinimos para casa ya tu sobrina estaba despierta
comimos y papa se acosto porque tenia que ir a trabajar
me llamo tu hermana hoy fue al cementerio de las palma
tambien llamo tu padrino para desir que estaba trabajando de noche que no podia ir a la misa de Juanero
hoy le hice fotos a Sarona anoche estube hablando con un amigo que su hija esta en el cielo se llama Julia partio tambien de un accidente de coche tenia 18 meses es muy bonita
gordi te mando miles de besos hasta el cielo

Noemi dijo...

Amar a las Sombras.

Hacemos cursos, leemos libros de autoayuda, aprendemos a meditar… Queremos amarnos, crecer y evolucionar. Queremos desplegar todo nuestro potencial, ser amorosos, generosos, estar plenos de armonía, buenos sentimientos y paz…

Pero escondidos en algún rincón de nuestro yo, están nuestros “demonios”: la envidia, los celos, el deseo de controlar y manipular, la avaricia, el miedo, el egoísmo… Una verdadera caja de Pandora que, por todos los medios, queremos evitar, combatir u ocultar.

Pero todo lo que combates te debilita, todo lo que ocultas de ti mismo sigue estando allí de todos modos, y para conocerse y amarse a sí mismo, crecer y evolucionar de verdad, la honestidad es fundamental.

El rechazo, los juicios y las críticas no sirven. Sólo nos hacen sentir culpables y hacen que amarnos a nosotros mismos sea imposible.

Y si comprendemos que en realidad la oscuridad no existe, sino que hay apenas una ausencia de luz, entonces percibimos que amar nuestros lados oscuros y sombríos es fundamental.

Lo primero es la aceptación total e incondicional de todo lo que somos, incluidos esos aspectos que juzgamos o rechazamos, la mayoría de las veces a causa de los condicionamientos que hemos recibido de la sociedad.

Tenemos que amarnos y aceptarnos aún en medio de la furia, del dolor, la inseguridad, los celos o cualquier otro sentimiento o estado en el que nos encontremos, y dejando atrás cualquier idea preconcebida de cómo se supone que deberíamos ser.

La aceptación y el Amor tienen una cualidad “milagrosa”: transforman en Luz todo aquello que antes nos causaba horror.

Mirarse al espejo en medio de un ataque de ira, o cuando estamos llorando o temblando de pavor, y en voz alta decirnos: “Te amo también en este estado, te amo también ahora, te amo y te acepto siempre”, ayuda a realizar una verdadera transformación.

De inmediato algo profundo se relaja en nuestro interior. Y de repente podemos ver nuestra propia belleza aún con el rostro cubierto de lágrimas, o contraído de enojo y frustración. Podemos aceptar y amar nuestra humanidad, y nuestro lado animal, y entonces hemos comenzado nuestro camino en dirección a nuestra divinidad…

Sólo así, amando nuestros lados “oscuros”, es que éstos se convertirán en Luz. No hay atajos ni engaños posibles, pues tarde o temprano todo aquello que hemos intentado ocultar o reprimir saldrá a flote de todos modos, ya sea a través de una enfermedad, un ataque emocional incontrolable o una profunda depresión.

Sólo cuando amamos también nuestras sombras, podemos amarnos a nosotros mismos y amar a los demás con totalidad, profundidad y plenitud.

2011 – Enriqueta Olivari