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lunes, 21 de septiembre de 2009

Mira cariño que cancion mas bonita de Jose Luis perale



Mira cariño el video de hoy es de una cancion de Jose Luis perales es una cancion muy linda son preguta a Dios se llama dime porque ya los niños no rien bien de canciones disen su letras mucho de los sentimientos de la gente te quiero gordi no dejes de volar

2 comentarios:

pino dijo...

Buenas noche mis niños papa mama los quiero
otro dia menos para estar juntos
el dia de hoy
gordi hoy no sali de casa estubo todo el dia llovisnando papa fue al cementerio muy temprano y vino sobre las 10 y media yo estaba viendo la misa por la tele
luego se acosto
yo me puse a limpiar los mueble de la cocina
para ver las cosas que me falta ya que tu sabes que estube en casa de tu hermana casi un mes
hoy hace un mes que se opero y mañana tenemos que ir al materno primero para que le vean la herida y luego a la clinica al medico de la radioterapia
yo vajare sobre las 9 y media a buscarla
esta noche vino Emilita y tu padrino y nos pusimos a ver la tele a chona que la verdad nos gusta mucho
tu sobrino Agoney se fue el vierne para Firga con tu tia Mari y vino hoy
esta noche hable con el dice que lo paso bien
gordi tu hermano Ruben hace mucho que no viene por casa
estara liado con sus cosas yo lo llame el sabado pasado y estube hablando un poco con el
te quiero gordi y siempre vives en mi te echo mucho de menos la verdad hijo que se te echa en falta tu eras mi compañia ahora papa se va y yo siero la puerta y me quedo sola hasa el dia sigiente que viene papa
te mando miles de besos hasta el cielo

Alfredo dijo...

El cartero de Pierre»

21 de agosto de 1928.

Mamá a la que amo:

La despreocupación y la frivolidad de la generación que se manifiesta a los ojos de las sociedades pasadas y futuras es un tema de meditaciones pesimistas para los que no siguen estas graves desviaciones. Date cuenta que siempre fue así, mi querida mamá. Recuerda que Isaías recordaba la paciencia y la ayuda de Dios para quien espera en El: «El Eterno no se cansa, y no se fatiga» (Is. 40, 28). El profeta añade: «Los jóvenes se cansan y se fatigan, incluso los jóvenes elegidos caen pesadamente; pero los que cuentan con el Eterno adquieren nuevas fuerzas, les salen alas de águilas» (Is. 40, 31).

¿Comprendes adónde quiero llegar? Los jóvenes «se fatigan y caen pesadamente», pero el Eterno «no se fatiga»; esta expresión que he elegido entre todas te dará el sentido de mi pensamiento. «Fatigarse» es una debilidad que aleja al alma de su semejanza con Dios. Hay que tener la fe más tranquila en la ayuda prometida: ir a Dios por Jesús, y dar a las plumas de vuestras alas, ajadas, rotas, el tiempo para volver a empujar. El vuelo del águila es un vuelo soberbio; por encima de los valles oscuros, en medio del sol radiante, sus fuertes alas le permiten los grandes vuelos hacia el infinito.

Las frases llenas de imágenes de los profetas de la Primera Alianza contienen enseñanzas que nunca pasarán de moda, porque expresan la eterna verdad. «Atormentarse» es una falta grave, que aparta de la búsqueda de una meta en el viaje del pensamiento del viajero; una debilidad peligrosa es su resultado. Entre los que (actualmente, según vuestra visión limitada) tienen en cuenta la vida del mundo terrestre, la mayoría no confían en Dios en absoluto, «se fatigan», se lamentan, y desprecian la Fuerza de las fuerzas: la oración, que es la llamada directa a la misericordia del Todopoderoso.

Una de las duras lecciones de la guerra para las almas de vuestros hijos, oh madres de los elegidos, fue la necesidad, bruscamente revelada, de abandonarse a la voluntad que tomaba las decisiones. Qué dura fue la escuela de la disciplina a las órdenes dadas… ¡incluso esperadas! Ir por la obediencia hasta el sacrificio de la vida fue una prueba desgarradora para almas orgullosas y libres, que buscaban evadirse de la influencia, por otra parte indispensable, de otra voluntad, a veces menos ilustrada, menos perspicaz; pero cuando la aceptación obtuvo la victoria, el Cielo se abrió para nosotros, y comprendimos a Dios, el Amor incansable, la grandeza de la sumisión voluntaria… entonces sólo es cuando el alma deja de «fatigarse